Debido a que las vidas las vidas de los cuidadores giran en torno a la satisfacción de las necesidades del familiar diagnosticado de demencia, muchos se olvidan de sus propias necesidades y suelen dejar sus propias vidas en un segundo plano. No obstante, el cuidador debe tomar conciencia de la necesidad de cuidarse más, debe darse cuenta de que cuidándose a sí mismo está cuidando mejor a su familiar, porque, satisfechas las necesidades de descanso, ocio y apoyo emocional, podrá disponer de más energía de recursos físicos y psicológicos para continuar cuidando.
Todo programa de ayuda consiste en que el cuidador reconozca que necesita ayuda. Los cuidadores que mejor se sienten son los que intentan llevar unos hábitos de vida saludables.
Cuidar de la propia salud significa:
1.- Cuidar el cuerpo:
- Dormir lo suficiente.
- Practicar ejercicio con regularidad.
- Practicar alguna técnica de relajación.
- Combatir el aislamiento.
- Tratar de mantener aficiones o intereses.
- Tiempo para descansar y disfrutar.
- Organizar el tiempo. Planificar.
2.- Cuidar las emociones:
- Reconocer y aceptar los sentimientos sin juzgarlos.
- Autovaloración personal. Reconocer sus méritos. Es importante que sea capaz de reconocer por usted mismo todo lo que hace y permitirse sentir una sensación de logro y satisfacción.
- Poner límites al cuidado, sin sentirse culpable.
- Aprender a pedir ayuda a familiares y a amigos.
- Aceptar lo inevitable.
3.- Cuidar las relaciones:
- Reorganizar la vida social. Tiempo para amigos y familiares.
- Buscar apoyo familiar y social. Delegar tareas. No creerse imprescindible.
- Utilizar recursos existentes: solicite ayuda en Acifad, Servicios Sociales, Centro médico,..etc.
4.- La importancia de la formación:
Aprender todo lo que se pueda sobre la enfermedad de nuestro familiar para saber qué esperar y no perder el tiempo y energía tratando de cambiar lo inevitable.